Describiendo a... (e-I)

Título: Cuentos necesarios y poemas necesarios.

Autor: Daniel J. Oropeza.

Sinopsis: Cuentos necesarios son aquellas historias que es necesario contar; aquello que es necesario no perder. Y aquello que creo es necesario decir. Y los poemas que creo necesario no olvidar. (De la contraportada).

Formato: Digital. Para más información, favor de ir aquí.

¿Qué les puedo decir? Este año, damas y caballeros, decidí que no solamente mis lecturas de ejemplares físicos deberían tener una seudo-reseña. Así que ahora podrán saber lo que opino sobre lo que leo en formato electrónico. Porque se me da la gana y porque celebro por fin poseer una tableta (Bell sabe que muchos llaman "tablet" a ese aparato, pero le hace gracia decirle como lo sugiere la RAE y que la gente la mire raro...).

Dann, el buen Dann (conocido por estos lares por salir en las OSECIaventuras como el Doño, orgulloso dueño del Palacio) decidió hacer realidad lo sucedido en la "subasta" del especial de Navidad 2012, y aunque lo de la recopilación no fue escrito a petición mía, se lo dejamos pasar porque es un material genial (Bell sonríe como boba).

Ya, hablando en serio, los cuentos y poemas que presenta Dann son bastante originales. No se me ocurre de qué otra forma describirlos. Algunos cortos y tiernos, otros hechos para reflexionar, unos cuantos te hacen querer ir a estrujar Dann con un fuerte abrazo (aquí miran a Bell como si estuviera loca, pero ella los ignora)... No crean que suelto todo esto solo porque adoro al Doño (Bell rueda los ojos), sino porque de verdad admiro su estilo, los temas que emplea y cómo los emplea, a sabiendas de que jamás podré hacer algo así porque... Bueno, no soy él. Y ya, le corto aquí porque luego me pongo sentimental.

Suspiré y me di cuenta, por primera vez, que yo también era un acuerdo tácito. Estaba allí; pero nadie me marcaba, nadie ponía las reglas, nadie marcaba territorio… 

Nadie me veía.

(Del cuento Acuerdos tácitos).

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

P.D. Amen esa portada tanto como yo, ¡tiene una estrella, demonios! (Bell sonríe como boba y se va).