Título: Yo, robot (en el idioma original, I, Robot).
Autor: Isaac Asimov.
Sinopsis: Yo, robot [...], incita a reflexionar acerca de la condición humana en un mundo cada vez más tecnologizado. ¿Llegará algún día la máquina a sustituir al hombre? ¿Es posible perder el control sobre el producto creado? ¿Existe un límite para la aplicación racional de la robótica? [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Random House Mondadori (a través de Editorial Sudamericana).
¿Qué les puedo decir? La ciencia ficción no suele ser lo mío. Pueden comprobarlo un poco en la seudo-reseña de La guerra de los mundos, publicada el año pasado. Pero en esta ocasión no hay extraterrestres de por medio, solo humanos. Humanos y máquinas. Y debo admitir que los rollos científicos me atraen, lo mismo que cuando explican alguna solución medianamente compleja a un "misterio", aunque no entiendo del todo los primeros porque vamos, soy una contadora y los números relacionados con dinero son lo mío (?).
La introducción de esta obra presenta, en primer lugar, las tres Leyes de la Robótica, aquellas reglas por las cuales se rigen los robots en todos sus actos. Después, se nos describe a la persona que narrará la mayoría de los acontecimientos: la doctora Susan Calvin, "robotpsicóloga", una de las empleadas más reconocidas de U. S. Robots, la más grande empresa terrestre en el ramo de la robótica. Un reportero aborda a la doctora Calvin con la idea de obtener no datos superficiales sobre ella y los robots, sino algo que de verdad impresione al público. Así, haciendo las presuntas correctas, el reportero consigue que Susan Calvin le relate algunos casos especiales de robots que de los que ella supo, o en los cuales participó, hasta llegar al desarrollo actual de tan particular tecnología.
Les advierto algo: no se lancen a leer este libro solo por haber visto la película (cosa que casi hace Bell). Ajá, olvídense de Will Smith y de toda la trama que protagonizó. Y no lo digo porque no sea buena, o porque no tenga ninguna relación con el libro. Relación sí hay, dado que salen algunos personajes y pinceladas de los diferentes relatos que conforman el libro, pero no es una adaptación muy fiel que digamos. Aunque le agradezco a la película que picara mi curiosidad, eso sí.
Increíblemente, el libro me ha gustado más de lo que esperaba. Los casos que va narrando la doctora Calvin, apelando a la lógica, a la razón y a las inquebrantables Leyes de la Robótica antes mencionadas, en ocasiones ponen en apuros a los científicos, pero tarde o temprano logran hallar la solución al problema que se les presenta. El cómo llegan a las soluciones a veces es un poco extraño, pero como se detalla el procedimiento, a mí no me importó. Valoro mucho que me aclaren bien el por qué de algo y en Yo, robot, no dejan de hacerlo, aún con lo "perturbador" que me resultó (en parte) el final del último relato.
Lo anterior me lleva a imaginar que quizá me anime a leer algo más del señor Asimov en un futuro, aunque repito, el género que maneja no es lo mío. El tiempo lo dirá.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
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