lunes, 16 de diciembre de 2013

Personalidad Literaria XXXIII: Bajo un conjuro

Nombre: Larch.

Libro de origen: Fuego (en el idioma original, Fire), de Kristin Cashore.

Consigna que cumple: #5, Personaje que esté hechizado.

¿Por qué cumple esta consigna? En Monmar, el país de Larch, aquellos que poseen ojos de colores dispares son conocidos como graceling y están dotados de alguna facultad a la que llaman gracia. El hijo de Larch, Immikel, es uno de estos graceling, y durante mucho tiempo, sin saberlo, estuvo bajo la influencia de su gracia, que es casi como si lo hubiera embrujado.
—Tengo una idea sobre la naturaleza de tu gracia, hijo mío —anunció. 
—¿Ah, sí? —el chico lo contempló pausadamente, con cautela. 
—Verás, tú dijiste que los monstruos me controlaban la mente con su belleza —prosiguió su razonamiento el ex guardabosque. 
Immiker bajó el cuchillo y ladeó la cabeza para observar a su padre con mayor atención aún; su expresión era rara, y Larch creyó identificarla como un gesto de incredulidad, pero también sonreía de forma extraña, divertida, como si jugara un juego que estaba acostumbrado a ganar y en el que, por una vez, había perdido. 
—A veces pienso que me controlas la mente al hablarme —concluyó Larch.

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