miércoles, 27 de agosto de 2014

Describiendo a... (XCII)

Título: Prueba de Fuego (en el idioma original, The Scorch Trials).

Autor: James Dashner.

Sinopsis: Thomas y sus amigos descansan después de escapar del Laberinto. Por fin sienten que están a salvo. Pero unos gritos desquiciados los despiertan y los enfrentan a una realidad más aterradora que la anterior. Para sobrevivir, deberán emprender una travesía en la que cada desafío los enfrentará a nuevos peligros: calor ardiente, destrucción, un aire irrespirable. Cada paso es una sorpresa en una caminata casi apocalíptica. Lo que quedó del mundo es un páramo, a través del cual deben peregrinar hacia la esperanza (o quién sabe...). Emplazados, perseguidos, rodeados de locura, enfermedad y muerte; amenazados por cuerpos con llagas, devastados por la Llamarada; sin poder confiar en los adultos delirantes, hambrientos y violentos, que los acechan a cada paso. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

Editorial de mi ejemplar: V &R Editoras.

¿Qué les puedo decir? Esta es la segunda parte de la serie Maze Runner, El Corredor del Laberinto o como ustedes la conozcan. De nuevo, me remito a la autora del blog Lee.Sueña.Vuela porque de no ser por su entusiasmo con estos libros, ni se me habría ocurrido darles una oportunidad. Aunque claro, hay cosas que no terminan de cuadrarme, que no puedo dejar de desdeñar, pero eso tiene más relación con rasgos de cierto género (distopía) que por el libro en sí.

Thomas y el resto de los Habitantes han escapado del Laberinto y parece que todo estará bien de ahora en adelante. Ya no quieren saber más de tragedias, de pelear por sus vidas, de ese organismo tan misterioso y, según algunos, retorcido como es CRUEL (¿alguien más aparte de mí considera siniestras las siglas?). Pero se equivocan rotundamente cuando, al día siguiente, las reglas vuelven a cambiar, hacen macabros hallazgos, pierden miembros del grupo sin saber cómo o por qué y al final, sin misericordia, son lanzados a otra prueba infernal que no parece tener el menor sentido del mundo, pero que no les queda más que realizar.

Es durante este libro que vemos el mundo fuera del Laberinto después de un evento extraordinario y aterrador como lo fue una tormenta solar que acabó con el planeta y causó, entre otras cosas, algo a lo que nombraron Llamarada, una enfermedad que poco a poco se "come" tu cerebro, el raciocinio, hasta dejarte como poco menos que una bestia. Thomas se preocupa por ello, igual que sus amigos, aunque más angustiado lo pone el no saber por qué les pasa eso a ellos, qué pretende realmente CRUEL con esas retorcidas pruebas y si algún día logrará recobrar esa memoria perdida desde que entró al Laberinto.

En numerosas ocasiones me desesperaba no poder deducir de qué trataba realmente todo el asunto. En serio, quitando la travesía de Thomas y compañía para superar la nueva Prueba, hay muchos cabos sueltos que no parecen encajar en ninguna parte. Y hay momentos verdaderamente tensos en los cuales quería cerrar el libro y al mismo tiempo, no podía dejar de leer. Ese tipo de contradicciones me emocionan cuando leo, lo admito, porque en mí, significa que la historia vale la pena y que cuando la termine, es probable que quiera saber enseguida qué sigue, sin preocuparme por nada más.

Así, me lanzo enseguida por La cura mortal, tercera parte de la serie, esperando que, de una buena vez, den algunas condenadas respuestas, ¡que las estoy esperando! Es demasiado que mi cerebro no haya dado con el misterio de todo el asunto (Bell rueda los ojos).

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

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