~Aperitivo~
Los Reyes Malditos III.
Los Venenos de la Corona
(Maurice
Druon)
Causa una extraña
impresión ver a un hombre, teniendo la casi plena seguridad de que antes de
seis meses habrá muerto, y oírle hacer inútiles proyectos para un porvenir que
probablemente no verá. «Si llega a noviembre…», se decía Martín. Porque aparte
del temible paso de junio, el astrólogo había descubierto un segundo aspecto
funesto […]. «Dos conjunciones fatales con seis meses de intervalo. Si
verdaderamente engendra, la segunda coincidirá con el nacimiento del niño… De
todas formas, tales cosas no pueden decirse.»
Sin embargo, antes de
partir con la bolsa que el rey acababa de entregarle, Martín se creyó obligado
a añadir:
—Señor, una palabra más
para la conservación de vuestra salud. Cuidaos del veneno, sobre todo al
declinar la primavera.
~Entrada~
Sáfico
(Catherine Fisher)
—El deseo está consumiendo
a la Cárcel. Todo empezó con Sáfico, porque cuando se puso el Guante, la Cárcel
y él pasaron a tener una sola mente. Sáfico contagió a Incarceron.
—¿Cómo? ¿Le transmitió una
enfermedad?
—No, un deseo. Y el deseo
puede convertirse en enfermedad, Claudia —la miraba con fijeza, mientras su
imagen temblaba y se desvanecía para volver a formarse al instante —Tú también
tienes parte de culpa, por habérselo descrito todo con tanto detalle. Ahora
Incarceron arde de anhelo. Pues, a pesar de sus miles de Ojos, hay una cosa que
no ha visto jamás, y que daría lo que fuera por ver.
—¿Qué? —preguntó la joven
en un suspiro, aunque ya lo sabía.
—El Exterior —susurró él.
~Plato
Fuerte~
Scarlett. La continuación
de Lo que el viento se llevó de
Margaret Mitchell
(Alexandra
Ripley)
—¡Cat!
Rhett la sacudió.
—¡Olvídate! Una gatita no
importa. ¿Dónde están los establos, Scarlett? Necesitamos caballos.
—¡No seas tonto! —exclamó Scarlett
—Debo encontrar a Cat. A Katie O’Hara. Es tu hija.
Rhett apretó los brazos de
Scarlett tan fuerte, que la lastimó.
—¿De qué demonios estás
hablando? —la miró a la cara —Respóndeme, Scarlett —dijo, sacudiéndola.
—No hay tiempo para explicaciones.
Todo eso no importa ahora —Scarlett intentó liberarse, pero él tenía mucha
fuerza.
—Para mí sí es importante
—su voz revelaba la urgencia por saberlo todo.
~Entremés~
Cazadores de Sombras 5.
Ciudad de Almas Perdidas
(Cassandra
Clare)
Alec le lanzó una mirada
incrédula mientras salía del elevador.
—¿Todo se está yendo a la
porra y tú quieres saber cómo va mi relación con Magnus?
—Siempre me ha sorprendido
esa expresión —repuso Isabelle, pensativa, mientras corría detrás de su hermano
por el pasillo. […] —¿Por qué una porra? ¿Qué es una porra, y qué tiene de
especial para que haya que ir allí?
—Magnus y yo estamos bien, supongo —contestó
Alec, que había sido el parabatai
de Jace durante el tiempo suficiente para aprender a prescindir de las tangentes
en la conversación.
~Postre~
Parque Mansfield
(Jane
Austen)
—¿Por qué no tienes hoy
encendida la chimenea?
Había nieve afuera, y
Fanny estaba con un chal. Vaciló.
—No tengo frío, señor. No
suelo estar aquí mucho tiempo, en esta época del año.
—Pero ¿la tienes encendida
normalmente?
—No, señor.
—¿Cómo es eso? Aquí debe
haber un error. Tenía entendido que utilizabas esta habitación para estar
cómoda. Sé que no tienes chimenea en tu dormitorio. Aquí hay un malentendido
que hay que corregir. No te conviene nada estar aquí, aunque solo sea media
hora al día, sin tener la chimenea encendida. No eres fuerte y sé que eres muy
sensible al frío. Seguro que tu tía no sabe nada de esto.
Fanny hubiera preferido
guardar silencio, pero dado que estaba obligada a hablar, no pudo abstenerse de
decir, en justicia de la tía que más amaba, algo en lo que destacó la frase “mi
tía Norris”.
(Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea del ciclo de entradas "Tinta a la Carta").
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