sábado, 16 de enero de 2016

Tinta a la Carta LXXXIII: Comida en cinco tiempos

~Aperitivo~
Los Reyes Malditos VII. De cómo un Rey perdió Francia
(Maurice Druon)
Fui a alojarme a la abadía de Maupertuis. Jamás había cabalgado tanto durante la misma jornada, ni discutido tan intensamente. Aunque agotado por la fatiga, me di tiempo para rezar, y lo hice con todo mi corazón. Ordené que me despertasen con las primeras luces del alba. El sol comenzaba a ascender en el firmamento cuando me presenté ante la tienda del rey Juan. Al alba, había dicho el monarca. No se podía pedir más exactitud que la mía. Tuve una sensación ingrata. El ejército entero de Francia estaba en armas, en orden de batalla, a pie, con la excepción de los trescientos designados para cargar sobre el enemigo, y todos esperaban la señal de combate.

~Entrada~
Virus letal. El comienzo
(James Dashner)
Cuando llegó desde arriba el primer disparo, continuaba en estado de trance. Percibió un movimiento borroso y de uno de los tubos brotó un destello oscuro y fugaz. Sus ojos siguieron la trayectoria. Al notar un sonido nauseabundo, volvió la cabeza justo cuando un dardo de doce centímetros se clavaba en el hombro de Darnell. La delgada varilla de metal se había enterrado en el músculo y de la herida goteaba sangre. El chico emitió un extraño resoplido y se desplomó.
En ese mismo instante, Mark salió de su aturdimiento.

~Plato Fuerte~
Rayuela
(Julio Cortázar)
Empezaron a caminar de vuelta, con cuidado porque el jardín estaba muy oscuro y no se acordaban de la disposición de los canteros. Cuando pisaron la rayuela, ya cerca de la entrada, Traveler se rio en voz baja y levantando un pie empezó a saltar de casilla en casilla. En la oscuridad el dibujo de tiza fosforecía débilmente.
—Una de estas noches —dijo Oliveira —te voy a contar de allá. No me gusta, pero a lo mejor es la única manera de ir matando al perro, por así decirlo.
Traveler saltó fuera de la rayuela, y en ese momento las luces del segundo piso se encendieron de golpe. Oliveira, que iba a agregar algo más, vio salir de la sombra la cara de Traveler, y en el instante que duró la luz antes de volver a apagarse le sorprendió una mueca, un rictus (del latín rictus, abertura de boca: contracción de los labios, semejante a la sonrisa).

~Entremés~
Eragon
(Christopher Paolini)
—Necesitas un nombre. Hoy me han dado unos cuantos muy interesantes; a lo mejor te gusta alguno —repasó mentalmente la lista que le había recitado Brom hasta que se detuvo en dos de ellos que lo impresionaron por heroicos, nobles y que sonaban bien —¿Qué te parece Vanilor, o su sucesor, Eridor? Los dos fueron grandes dragones.
No —contestó el dragón. Parecía divertirse con los esfuerzos que hacía el muchacho —Eragon.
—Ése es mi nombre; no puedes tener el mismo —dijo, frotándose la barbilla —Bueno, si los que te he dicho no te gustan, hay otros —continuó recitando la lista, pero el dragón rechazaba todos los que le proponía. Parecía reírse de algo que Eragon no comprendía, pero el chico no le hizo caso y siguió dando nombres —También estaba Ingothold, el que mató a…
De pronto, se le ocurrió una idea y se calló.
¡Ya sé dónde está el problema! ¡Te he estado diciendo hombres masculinos, y eres hembra!
Sí.
La dragona plegó las alas, satisfecha.

~Postre~
Juliet
(Anne Fortier)
Fue entonces cuando mis ojos repararon de pronto en un nombre escrito en el centro del texto del maestro.
Giulietta Tolomei.
Escudriñé histérica la página a la luz de la lámpara de noche. Pero no, no me había equivocado: tras algunas divagaciones iniciales sobre la dificultad de pintar la rosa perfecta, el prolijo maestro Ambrogio había escrito páginas y páginas sobre una joven que casualmente se llamaba igual que yo. ¿Coincidencia?
Me recosté en la cama y empecé a leer el diario desde el principio, consultando de vez en cuando los textos sueltos en busca de referencias cruzadas. Así dio comienzo mi viaje a la Siena de 1340, y mi acercamiento a aquella mujer que había llevado mi nombre.

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

No hay comentarios:

Publicar un comentario