Título: Rojo Feroz (en el idioma original, Sisters Red).
Autor: Jackson Pearce.
Sinopsis: Scarlett y Rosie March son dos hermanas cazadoras de Fenris, los hombres lobo que persiguen a su familia desde hace años. Ellos son los responsables de la muerte de su abuela y de que Scarlett perdiera un ojo en una dura lucha con uno de ellos por defender a su hermana pequeña. Dos hermanas, dos caracteres totalmente distintos pero atractivos y fuertes los dos, y Silas, el joven y guapo vecino de toda la vida que siempre está ahí para protegerlas... (Extracto de la introducción).
Formato: Digital.
¿Qué les puedo decir? Este pequeño cretino (el epub, se entiende) me tardé en terminarlo. Por lo visto, no se tomaron la molestia de editarlo con calidad (los renglones se cortaban en los momentos más raros y las páginas... mejor no hablemos de su separación, gracias). Eso por un lado. Para saber el resto, pasemos a la historia.
Dos hermanas, Scarlett y Rosie, son cuidadas por su abuela desde hace un tiempo, ya que su madre se la pasa vagando de aquí para allá. Un día un hombre llama a la puerta, Scarlett lo recibe pero algo le resulta sospechoso y acude a su abuela. Y antes de que pueda darse cuenta, el hombre ya no es hombre, su abuela acaba muerta y ella misma está muy malherida por defender a Rosie de... lo que sea que sea ese tipo.
Unos años después, nos encontramos con que Scarlett se ha entrenado muy duro para acabar con criaturas como aquel hombre que asesinó a su abuela y a ella la dejó desfigurada, entre otras cosas, quitándole un ojo. Se dedica, prácticamente de tiempo completo, a exterminar a esas cosas, los fenris, que dan caza a las chicas para alimentarse. Rosie también caza, lo mismo que el mejor amigo de ambas, Silas, descendiente de una familia de leñadores, y eso parece bastar para aplacar un poco la ira y la frustración que la inundan. Sin embargo, las manadas de fenris repentinamente se empiezan a acumular en su tranquilo pueblo, para luego dirigirse a una gran ciudad vecina, ¿por qué? ¿Acaso buscan algo? Y si es así, ¿qué es?
Esto es un giro bastante curioso al cuento de Caperucita Roja, ya que tenemos capas con capuchas rojas, lobos malos y un leñador al rescate. Sin embargo, las capas no las porta solo una chica, los lobos pueden andar por doquier y el leñador hace más que aparecer al final para salvar la situación.
Si puedo decir algo bueno de esta historia es que, aunque narrada en primera persona (cosa que Bell ha odiado últimamente), no se centra únicamente en un personaje, sino en dos: son las hermanas March quienes nos dan a conocer cómo ve cada una la vida después del suceso que marcó a ambas, aunque de distinta forma. Por otro lado, ¿les había dicho lo que odio teorizar lo que pasará y acertar en menos de cinco páginas? Pues con esta historia me pasó un par de veces, y me cayó muy mal. Más cuando le atiné con la resolución de cierto problema de la trama hacia el final que, dicho sea de paso, fue tan emocionante como un poco confuso, debido a su rapidez (Bell rueda los ojos).
En resumen, Rojo Feroz es bueno para pasar el rato, y si no tienden a imaginar los sucesos futuros como su humilde servidora, quizá no logren darse cuenta de qué ocurrirá en tal o cual escena, y las revelaciones que surjan de verdad los sorprenderán.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
Dos hermanas, Scarlett y Rosie, son cuidadas por su abuela desde hace un tiempo, ya que su madre se la pasa vagando de aquí para allá. Un día un hombre llama a la puerta, Scarlett lo recibe pero algo le resulta sospechoso y acude a su abuela. Y antes de que pueda darse cuenta, el hombre ya no es hombre, su abuela acaba muerta y ella misma está muy malherida por defender a Rosie de... lo que sea que sea ese tipo.
Unos años después, nos encontramos con que Scarlett se ha entrenado muy duro para acabar con criaturas como aquel hombre que asesinó a su abuela y a ella la dejó desfigurada, entre otras cosas, quitándole un ojo. Se dedica, prácticamente de tiempo completo, a exterminar a esas cosas, los fenris, que dan caza a las chicas para alimentarse. Rosie también caza, lo mismo que el mejor amigo de ambas, Silas, descendiente de una familia de leñadores, y eso parece bastar para aplacar un poco la ira y la frustración que la inundan. Sin embargo, las manadas de fenris repentinamente se empiezan a acumular en su tranquilo pueblo, para luego dirigirse a una gran ciudad vecina, ¿por qué? ¿Acaso buscan algo? Y si es así, ¿qué es?
Esto es un giro bastante curioso al cuento de Caperucita Roja, ya que tenemos capas con capuchas rojas, lobos malos y un leñador al rescate. Sin embargo, las capas no las porta solo una chica, los lobos pueden andar por doquier y el leñador hace más que aparecer al final para salvar la situación.
Si puedo decir algo bueno de esta historia es que, aunque narrada en primera persona (cosa que Bell ha odiado últimamente), no se centra únicamente en un personaje, sino en dos: son las hermanas March quienes nos dan a conocer cómo ve cada una la vida después del suceso que marcó a ambas, aunque de distinta forma. Por otro lado, ¿les había dicho lo que odio teorizar lo que pasará y acertar en menos de cinco páginas? Pues con esta historia me pasó un par de veces, y me cayó muy mal. Más cuando le atiné con la resolución de cierto problema de la trama hacia el final que, dicho sea de paso, fue tan emocionante como un poco confuso, debido a su rapidez (Bell rueda los ojos).
En resumen, Rojo Feroz es bueno para pasar el rato, y si no tienden a imaginar los sucesos futuros como su humilde servidora, quizá no logren darse cuenta de qué ocurrirá en tal o cual escena, y las revelaciones que surjan de verdad los sorprenderán.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
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