Título: La casa de los mil pasillos (en el idioma original, House of Many Ways).
Autor: Diana Wynne Jones.
Sinopsis: La vida de la joven Charmain Baker es, esencialmente, respetable. Sus días transcurren con una calma que solo se ve alterada por las aventuras de los libros de los que apenas saca la nariz. Y entonces, un día, su tía Sempronia le anuncia que ha de ir a cuidad la casa de su tío (un tal William que, por lo visto, es mago) mientras él está fuera. [...] Pero cuando llega a la casa, se topa con un laberinto de habitaciones extrañas a las que se accede según unas instrucciones mágicas muy precisas. [...] En resumen, algo para lo que ningún libro la había preparado. (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Nocturna Ediciones, S. L.
¿Qué les puedo decir? No quieran buscar en las profundidades de las seudo-reseñas (?) El castillo ambulante y El castillo en el aire. ¿A qué viene esa advertencia? Pues bien, esos dos libros están ambientadas en el mismo universo, lleno de criaturas asombrosas, naciones orgullosas y magos disparatados (cómo no, siendo de la misma autora), solo que los leí antes de comenzar a molestarlos por acá con mis locuras. Así la cosa y conociéndome, ¿no creen que iba a gritar de felicidad cuando vi que podía comprar en México el ejemplar que faltaba en la colección? Sí, no es de la misma editorial ni tamaño que los otros dos, pero después de taaaaaanto tiempo queriendo leerlo en físico, no es que me fuera a quejar. Además, si no recuerdo mal, fue mi primera compra con Lecturalia (la distribuidora de la editorial en el país), y esta no fue tan mal.
Charmain Baker es una chiquilla que ha tenido una vida más que cómoda, en el país de High Norland, siendo hija del mejor cocinero de la ciudad capital y de una mujer que la educa de modo "respetable". La joven no aspira a nada más que estar rodeada de libros para leer a su antojo, lo cual a su madre preocupa hasta que una pariente, la tía Sempronia, la recomienda para el cuidado de la casa de un pariente de ella (de la tía, se entiende). A Charmain no le agrada la idea, porque para empezar, el trato se hizo sin que ella prestara la menor atención y por lo tanto, no pudo protestar. Ella tiene otros planes, pero mientras se realizan, va a la casa del mentado mago... que resulta estar llena de puertas, indicaciones especiales para llegar a tal o cual parte y por supuesto, magia. ¿Podrá Charmain realmente conseguir su sueño o se va a desviar por el camino a algo mucho más complicado?
Habiendo leído ya las novelas anteriores de esta autora hablándonos de un mundo donde las casas se mueven, los magos pueden ser quien menos lo esperas y las criaturas más inofensivas pueden ser las más despiadadas, sabía que una expectativa sobresalía entre todas las que tenía con La casa de los mil pasillos, ¿aparecería Howl? Sí, el mago Howl, que tan famoso se volvió gracias a la adaptación de Hayao Miyazaki en su película El increíble castillo vagabundo (ese es el título que tiene en Latinoamérica). Aunque no lo crean, Howl y compañía tuvieron sus cameos en El castillo en el aire, aún sin ser los protagonistas, por lo cual no perdía las esperanzas con la historia de Charmain y sus peripecias en una casa con infinidad de corredores encantados. No quedé defraudada, pero como revelar el cameo actual de uno de mis personajes favoritos sería spoiler (y gordo), no diré exactamente cómo es. Solo dejaré claro que realmente me gustó y Howl siguió siendo tan encantador como siempre. Si no, que le pregunten a Sophie.
Por otro lado, la protagonista. Una se identifica enseguida con Charmain porque ama los libros, le gusta estar rodeada de ellos, solo quiere pasar su tiempo leyéndolos... pero Charmain es una niña a la que no le han enseñado las tareas domésticas más básicas. Sí, eso me disgustó, será porque pese a mi pasión por leer, desde pequeña me enseñaron a ayudar en casa porque hacía falta, porque era útil y porque claro, no siempre iban a poder hacerlo por mí. Eso es lo que tiene que aprender Charmain a la mala, que necesita ocuparse un poco de sí misma sacando la nariz de los libros, sobre todo cuando llega alguien a casa del tío abuelo William (como conoce al mago dueño de la casa que cuida) y, queriendo o no, se lo echa en cara: su supuesta "educación respetable" parece que no le servirá de nada en el mundo real.
Así, con semejante panorama, parece que Charmain no podría meterse en más líos que en mantener la casa del mago en orden y lidiar con el invitado, ¿verdad? ¡Pues no! Sin un lío medianamente gordo y principesco, no sería novela de Jones y del universo de Howl (Bell hace reverencias de disculpas por mencionar a cada rato a Howl, pero no puede evitarlo). Charmain, de alguna extraña manera, llega ante la princesa y el rey de High Norland, los cuales nos recuerdan sutilmente algunas cosas de El castillo en el aire (ajá... si lo que sale ahí es sutil, Bell es la reina de Inglaterra). El misterio y el peligro rondan por los rincones, y aunque no quiera, Charmain se verá metida de cabeza en todo el embrollo, porque por lo visto, el destino sí existe y la niña sí iba a vivir una aventura digna de los libros que tanto le gustan.
En conclusión, y por si no había quedado claro: me encantó La casa de los mil pasillos y es digna de pertenecer al universo de Howl (al que Bell no se cansará de nombrar, con perdón de todos).
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2016)
Habiendo leído ya las novelas anteriores de esta autora hablándonos de un mundo donde las casas se mueven, los magos pueden ser quien menos lo esperas y las criaturas más inofensivas pueden ser las más despiadadas, sabía que una expectativa sobresalía entre todas las que tenía con La casa de los mil pasillos, ¿aparecería Howl? Sí, el mago Howl, que tan famoso se volvió gracias a la adaptación de Hayao Miyazaki en su película El increíble castillo vagabundo (ese es el título que tiene en Latinoamérica). Aunque no lo crean, Howl y compañía tuvieron sus cameos en El castillo en el aire, aún sin ser los protagonistas, por lo cual no perdía las esperanzas con la historia de Charmain y sus peripecias en una casa con infinidad de corredores encantados. No quedé defraudada, pero como revelar el cameo actual de uno de mis personajes favoritos sería spoiler (y gordo), no diré exactamente cómo es. Solo dejaré claro que realmente me gustó y Howl siguió siendo tan encantador como siempre. Si no, que le pregunten a Sophie.
Por otro lado, la protagonista. Una se identifica enseguida con Charmain porque ama los libros, le gusta estar rodeada de ellos, solo quiere pasar su tiempo leyéndolos... pero Charmain es una niña a la que no le han enseñado las tareas domésticas más básicas. Sí, eso me disgustó, será porque pese a mi pasión por leer, desde pequeña me enseñaron a ayudar en casa porque hacía falta, porque era útil y porque claro, no siempre iban a poder hacerlo por mí. Eso es lo que tiene que aprender Charmain a la mala, que necesita ocuparse un poco de sí misma sacando la nariz de los libros, sobre todo cuando llega alguien a casa del tío abuelo William (como conoce al mago dueño de la casa que cuida) y, queriendo o no, se lo echa en cara: su supuesta "educación respetable" parece que no le servirá de nada en el mundo real.
Así, con semejante panorama, parece que Charmain no podría meterse en más líos que en mantener la casa del mago en orden y lidiar con el invitado, ¿verdad? ¡Pues no! Sin un lío medianamente gordo y principesco, no sería novela de Jones y del universo de Howl (Bell hace reverencias de disculpas por mencionar a cada rato a Howl, pero no puede evitarlo). Charmain, de alguna extraña manera, llega ante la princesa y el rey de High Norland, los cuales nos recuerdan sutilmente algunas cosas de El castillo en el aire (ajá... si lo que sale ahí es sutil, Bell es la reina de Inglaterra). El misterio y el peligro rondan por los rincones, y aunque no quiera, Charmain se verá metida de cabeza en todo el embrollo, porque por lo visto, el destino sí existe y la niña sí iba a vivir una aventura digna de los libros que tanto le gustan.
En conclusión, y por si no había quedado claro: me encantó La casa de los mil pasillos y es digna de pertenecer al universo de Howl (al que Bell no se cansará de nombrar, con perdón de todos).
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2016)
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