Título: Nocturnia (en el idioma original, Something from the Nightside).
Autor: Simon R. Green.
Sinopsis: «Me llamo John Taylor. En mi tarjeta pone que soy detective, pero mi verdadero talento consiste en encontrar cosas perdidas. Es uno de los dones que reciben los que han nacido en Nocturnia. [...] Pero los negocios no me han ido muy bien. Por eso, cuando Joanna Barrett llamó a mi puerta ofreciéndome una fortuna por encontrar a su hija adolescente, no fui capaz de negarme. [...]» (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: La Factoría de Ideas.
¿Qué les puedo decir? Este es otro ejemplar que está en mi posesión desde hace un tiempo. Además, podría jurar que fue uno de esos ejemplares que encontré en oferta y agregué a un carrito de compra de un pedido en línea solo para completar el mínimo requerido para el envío gratis. Sí, hasta esos extremos llego cuando compro. Y créanme, si no hubiera sido por el maratón de lectura en el que participé en diciembre de 2016, esta pobre lectura seguiría languideciendo en mi anaquel. En fin, vamos a lo que interesa.
John Taylor vive en un Londres gris y simple, que rara vez muestra algo sorprendente y fuera de lugar. El hombre tiene unas cuantas deudas porque últimamente, no tiene mucho trabajo. Oficialmente se presenta como detective, aunque su habilidad real es "hallar cosas", sin importar lo que cueste o qué tan bien escondidas estén. Así, resulta que le cae una cliente desesperada por hallar a su hija, lo cual a John le caería de perlas si la mujer no dijera que cree que su hija está en Nocturnia... ya que es un lugar al que John se prometió no regresar jamás.
A todo esto, ¿qué es Nocturnia? A los fans de la fantasía como yo, la idea de una ciudad paralela a la propia resulta medianamente atrayente. Según el protagonista, Nocturnia existe desde antes que Londres fuera Londres, lleno de un montón de criaturas que solo pueblan los sueños más locos de los humanos... y los más escalofriantes. Normalmente nadie que haya salido de allí regresaría por gusto y menos alguien como John, en cuyo pasado hay detalles que le hacen pensar que está mejor en la aburrida Londres, porque al menos allí no tratan de matarlo por algo que desconoce. Pero no, se lanza de regreso a su sitio natal, decidido a encontrar a la hija de la cliente, preguntándose una y otra vez si hace bien y si saldrá con vida.
No sé si lo había comentado, pero los personajes torturados me producen cierta fascinación. Es evidente que John Taylor tiene un pasado y varios conflictos internos, pero solo vemos una fracción de ellos en este libro. Y con eso basta, créanme, porque te pica bastante la curiosidad como para prestar atención a cada cosa que piensa, siente, dice y hace este protagonista, con tal de saber más. En eso no tengo queja, el protagonista engancha. Menos mal.
Por otro lado, Nocturnia. Admito que es un sitio fascinante, uno que quizá te animarías a visitar... pero acompañada de un buen guardaespaldas, uno que preferentemente sea de allí mismo. Por lo visto, los humanos no son comunes en Nocturnia, además de que si uno va, tal vez perdería la cabeza ante cada cosa extraordinaria que viera, sobre todo si además, dicha cosa es espeluznante. No niego que algunos seres o lugares llaman poderosamente mi atención, pero pese a la curiosidad, me doy cuenta que el autor desde el principio quiere dejar claro un punto: si eres humano, Nocturnia puede acabar contigo en cuestión de minutos. Segundos, en ciertos casos.
Para terminar, si alguien hace como yo e investiga un poco, sabrá que este libro es el inicio de una serie, pero en español nunca se acabó de traducir. No crean que no me enfadé un poco cuando noté el detalle, pero tampoco es que esté ansiosa por saber lo que sigue de John Taylor y sus enredos. Créanme, hay un par de cosas que te dejan medio espantada y mejor hay que tomárselo con calma. Aunque bien mirado, saber más del mismo John no me disgustaría, a ver si a la editorial de mi ejemplar (o a otra, da igual), un día se le ocurre traducir lo demás.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
John Taylor vive en un Londres gris y simple, que rara vez muestra algo sorprendente y fuera de lugar. El hombre tiene unas cuantas deudas porque últimamente, no tiene mucho trabajo. Oficialmente se presenta como detective, aunque su habilidad real es "hallar cosas", sin importar lo que cueste o qué tan bien escondidas estén. Así, resulta que le cae una cliente desesperada por hallar a su hija, lo cual a John le caería de perlas si la mujer no dijera que cree que su hija está en Nocturnia... ya que es un lugar al que John se prometió no regresar jamás.
A todo esto, ¿qué es Nocturnia? A los fans de la fantasía como yo, la idea de una ciudad paralela a la propia resulta medianamente atrayente. Según el protagonista, Nocturnia existe desde antes que Londres fuera Londres, lleno de un montón de criaturas que solo pueblan los sueños más locos de los humanos... y los más escalofriantes. Normalmente nadie que haya salido de allí regresaría por gusto y menos alguien como John, en cuyo pasado hay detalles que le hacen pensar que está mejor en la aburrida Londres, porque al menos allí no tratan de matarlo por algo que desconoce. Pero no, se lanza de regreso a su sitio natal, decidido a encontrar a la hija de la cliente, preguntándose una y otra vez si hace bien y si saldrá con vida.
No sé si lo había comentado, pero los personajes torturados me producen cierta fascinación. Es evidente que John Taylor tiene un pasado y varios conflictos internos, pero solo vemos una fracción de ellos en este libro. Y con eso basta, créanme, porque te pica bastante la curiosidad como para prestar atención a cada cosa que piensa, siente, dice y hace este protagonista, con tal de saber más. En eso no tengo queja, el protagonista engancha. Menos mal.
Por otro lado, Nocturnia. Admito que es un sitio fascinante, uno que quizá te animarías a visitar... pero acompañada de un buen guardaespaldas, uno que preferentemente sea de allí mismo. Por lo visto, los humanos no son comunes en Nocturnia, además de que si uno va, tal vez perdería la cabeza ante cada cosa extraordinaria que viera, sobre todo si además, dicha cosa es espeluznante. No niego que algunos seres o lugares llaman poderosamente mi atención, pero pese a la curiosidad, me doy cuenta que el autor desde el principio quiere dejar claro un punto: si eres humano, Nocturnia puede acabar contigo en cuestión de minutos. Segundos, en ciertos casos.
Para terminar, si alguien hace como yo e investiga un poco, sabrá que este libro es el inicio de una serie, pero en español nunca se acabó de traducir. No crean que no me enfadé un poco cuando noté el detalle, pero tampoco es que esté ansiosa por saber lo que sigue de John Taylor y sus enredos. Créanme, hay un par de cosas que te dejan medio espantada y mejor hay que tomárselo con calma. Aunque bien mirado, saber más del mismo John no me disgustaría, a ver si a la editorial de mi ejemplar (o a otra, da igual), un día se le ocurre traducir lo demás.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
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