sábado, 17 de marzo de 2012

Tinta a la Carta XVI: Desayuno en tres tiempos

~Entrada~
A la deriva
(Stephanie Gertler)
—No, usted no entiende…
—Oiga, por favor, señor Pierce, tranquilícese. Estoy segura de que ella está bien —Claire lo interrumpió tratando de calmarlo —No pudo haber ido muy lejos.
—Usted no entiende —sollozó el hombre —¡Kayla es ciega! ¡Ella está ciega!
Y así era como la vida había transcurrido en Drifting hasta esa mañana de septiembre, en un fluir tan seguro como las mareas que van y vienen cada día guiadas por los movimientos de la luna.

~Plato Fuerte~
Sentido y Sensibilidad
(Jane Austen)
Elinor vio que era su letra y ya no pudo dudar más. El retrato, se había permitido creer, habría podido obtenerse accidentalmente, habría podido no ser regalo de Edward; pero una correspondencia escrita entre los dos sólo podía sustentarse en un innegable compromiso, ninguna otra cosa podría autorizarla; durante unos momentos, estuvo a punto de sucumbir… El alma se le había caído a los pies, y apenas podía sostenerse, pero el esfuerzo era imprescindible y necesario, y luchó con tanta resolución contra la tiranía de sus sentimientos que la victoria fue rápida y, por el momento, completa.

~Postre~
Finis Mundi
(Laura Gallego García)
—Dios mío, chico —murmuró el juglar —eres hombre muerto. Lo mejor que puedes hacer es buscar un monasterio y quedarte allí tranquilamente esperando el fin del mundo.
—Sabes que no lo haré —replicó Michel suavemente —Iré a Aquisgrán, con o sin ti.
—Está bien —suspiró Mattius —supongo que da igual un sitio que otro, y no conozco muchas baladas alemanas. Será una buena ocasión para aprender.
Michel sonrió.
—Fabuloso —dijo.

Con mis agradecimientos a Nea Poulain, por darme la idea para el ciclo de entradas de "Tinta a la Carta"

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