Título: Tormenta de Espadas (Canción de Hielo y Fuego III). (En el idioma original, A Storm of Swords).
Autor: George R. R. Martin.
Sinopsis: Arrasados por la guerra, los Siete Reinos pronto sufrirán el larguísimo invierno que se predice como inusitadamente crudo. [...] Joffrey, el cruel rey adolescente, hace de las suyas ante el azoro de los propios miembros de su clan, los Lannister; Robb Stark, rey de Invernalia, ha ganado todos sus combates, pero está perdiendo la guerra; Daenerys, la princesa de los tres dragones, ya está al frente de un ejército de mercenarios para cumplir su destino [...]. Pero también otra fuerza armada, con la que nadie contaba, surge más allá del Muro de Hielo: se trata de los Otros, un ejército sobrenatural de muertos vivientes, cuyos cuerpos inertes no podrán ser detenidos. (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Random House Mondadori (a través de Plaza & Janés).
¿Qué les puedo decir? Si alguien creía que no podían suceder cosas más asombrosas, tensas e incluso desgarradoras que en Juego (Juego de Tronos) o Choque (Choque de Reyes), será mejor que se prepare para comerse las uñas, morderse el labio inferior, los dedos temblorosos... En fin, hay que estar en guardia para el sinfín de gestos que delatarán las diversas emociones que los atacarán durante la lectura de Tormenta (Tormenta de Espadas). Se los digo por experiencia. Algunos comentarios que me hacían (sobre todo en Twitter) me lo advertían, pero de todas formas, no creí que fuera para tanto... Aunque, como he tenido ocasión de comprobar, Martin es especialista en tirar a la basura las mejores teorías que una pueda formarse sobre lo que pasará en la trama, así que bueno... (Bell rueda los ojos).
El prólogo de este ejemplar nos ubica en las tierras más allá del Muro, lo cual parece una especie de repetición del inicio de Juego, pero confíen en mí, no lo es. Aquí, una compañía numerosa de la Guardia de la Noche acampa, vigila, atenta al enemigo del que habían tenido noticias, pero no todo es una espera tranquila. Algunos Hermanos Juramentados están planeando traicionar a su Lord Comandante, asesinarlo de ser posible, pero algo se les adelanta: el toque de un cuerno de batalla. Y no cualquiera, sino uno que no se había oído en cientos de años: el anuncio de la proximidad de un enemigo que no se puede derrotar de la forma convencional. Se acercan los Otros.
Con semejante panorama, nos damos cuenta que las circunstancias en el mundo creado por Martin siguen siendo peligrosas a más no poder. Las batallas no dejan de sangrar a los Siete Reinos, lo mismo que las intrigas, además de entrar en juego varios detalles sin explicación lógica, casi mágicos e incluso un poco siniestros. Continúa habiendo más de uno que se dice rey legítimo, por lo que el resto quiere sacarlo del camino y asegurarse la corona. Los señores de las Grandes Casas están en el bando que creen que les conviene, arrastrando con ellos a sus banderizos; por otro lado, hay por allí algunos que piensan que deben defender al pueblo, porque los que juegan por el Trono de Hierro solo lo usan para lo que les conviene... si es que mantienen vivos a los plebeyos el tiempo suficiente. La muerte arrasa con más de lo que otros quieren reconocer y peor aún, ninguno de los dichosos reyes presta atención a nada más que sus intereses, ni siquiera a la petición de ayuda de la Guardia de la Noche, que protege los reinos de los hombres sin tomar partido pero parece que se las verán con una amenaza que podría costarles a sus miembros algo más que su propia vida. Y no hay que olvidar que la última de los Targaryen busca hacer valer su regio derecho, aunque para eso debe recorrer un camino duro y largo, como preparación a lo que le espera.
En esta ocasión, también nos despedimos de otro personaje como "protagonista" de capítulos (tampoco diré cuál, ya saben, por aquello de los spoilers imperdonables) y le damos la bienvenida a dos nuevas perspectivas: la de Jaime (Lannister, mellizo de la Reina y Lord Comandante de la Guardia Real) y la de Samwell (Tarly, un poco común Hermano Juramentado de la Guardia de la Noche, amigo de Jon Nieve). Sus vivencias y reflexiones, algunas muy buenas y otras quizá desesperantes, son una variante curiosa en la narración, y no todo lo que les pasa es "pérdida de tiempo" en el contexto de Tormenta.
Siendo sincera, esta entrega de CdHyF se me hacía eterna. Leía y leía, animándome con ciertas partes, pero en otras ocasiones me aburría, me obligaba a terminar el capítulo en turno y cerraba el libro incluso hasta el día siguiente. Quizá por eso fui más lenta en la lectura de esta entrega que con Juego o Choque. Sin embargo, comprendo ahora todas las cosas positivas que me decían de Tormenta, dando la razón a la mayoría, y esperando lo mejor con la plena seguridad de que no recordaré ciertos detalles que a la larga, serán importantes (Bell rueda los ojos).
Por otro lado, ¿ese final qué? (Bell se tira de los cabellos y le tiemblan las manos). Eso también me lo habían avisado, que el final de Tormenta estaba para sacarte de quicio, para ir corriendo por Festín (Festín de Cuervos) y hallar una explicación más o menos coherente a lo que sale allí. La gente que lee esto ahora mismo seguramente me maldecirá por soltarles algo semejante, pero conste que no estoy diciendo ningún detalle relevante. Lo que sí puedo decir es que, si no se quedan alucinando a todo color y en 3D con ese final, deben ser más raros todavía que los giros dramáticos de la trama de Martin. Punto.
Con tales situaciones, ¿qué más puede pasar? ¿Cuántas muertes más tendremos que reclamarle a Martin? ¿Habrá más cambios inesperados en algún personaje? ¿Los acontecimientos que el autor nos muestra dejarán de tenernos desvelados y al borde de un ataque de nervios? Muchas de esas respuestas estarán en Festín, espero, o quizá hasta Danza (Danza de Dragones). Pero en fin, hay que irse con cuidado al elegir qué personaje parece mejor, de qué lado se está en esta guerra que no parece acabar, pues no hay que olvidar un detalle... Se Acerca el Invierno.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
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