sábado, 20 de junio de 2015

Tinta a la Carta LXXIV: Merienda en cuatro tiempos

~Aperitivo~
El Iniciado
(Louise Cooper)
[…] Pensó que, retorciendo sigilosamente las manos detrás de la espalda, podría desatarse; el que le había maniatado lo había hecho descuidadamente, y las cuerdas se estaban aflojando… Los últimos rezagados estaban entrando ahora en el Palacio de Justicia y, en la confusión reinante, nadie le prestaba atención. Un esfuerzo más… y su mano izquierda quedó libre. Las puertas se estaban cerrando; sólo tenía un momento para…
Con una rapidez y una agilidad que pilló a sus capturadores por sorpresa, el muchacho corrió hacia la puerta. Oyó que alguien le gritaba; una mano quiso detenerle, pero la esquivó y, a trompicones llegó a la escalinata. Su propio impulso le hizo caer y, al levantarse, el Warp rugió sobre su cabeza.
Las siluetas de las casas, las embarcaciones y el muelle se confundieron en un caos inverosímil de colores y ruido. Le pareció que el suelo se hundía bajo sus pies, y que el cielo caía sobre él, escupiendo lenguas negras y brillantes. Entonces, con un ruido ensordecedor, el mundo estalló en la imagen de una estrella de siete puntas que resplandeció en su mente antes de…
Nada.

~Entrada~
Días de Sangre y Resplandor
(Laini Taylor)
Y entonces, entre una llamarada de la hoguera del campamento y la siguiente, llegaron ellos. Pesadillas. Salvadores. Llegaron desde arriba, y el primer pensamiento confuso de los tratantes fue que los refuerzos habían llegado, pero no se trataba de serafines. Alas y gritos, cuernos afilados, cornamentas, colas como látigos y encorvados hombros de oso. Cerdas, garras.
Espadas y colmillos.
Ningún ángel sobrevivió.
Los esclavos liberados se fundieron con el paisaje, arrastrando las espadas y hachas —y sí, los látigos— de sus captores. En el futuro, resultaría más difícil someterlos.
Todo quedó en calma. Allí también se dejó un mensaje garabateado con la sangre de la masacre —las mismas palabras que se encontrarían en numerosos escenarios parecidos en los días venideros—.
«NOS HEMOS ALZADO», decía. «AHORA LES TOCA A USTEDES MORIR».

~Plato Fuerte~
El Incinerador
(Tami Hoag)
Consciente de que la víctima merecería más de un minuto y medio de atención en las noticias de las seis, Kate no pudo menos que preguntarse cuántas prostitutas muertas habrían hecho falta para que Ted Sabin reaccionara de aquel modo. Sin embargo, contuvo la lengua, asintió con la cabeza e intentó hacer caso omiso del miedo que le atenazaba el estómago.
No era más que otra testigo, se dijo. Un caso como cualquier otro. Vuelta a la normalidad, los entresijos cotidianos de su trabajo.
«Y una mierda.»
La hija de un multimillonario, un caso repleto de connotaciones políticas, un asesino en serie, un agente de Quantico. Alguien de la Unidad de Apoyo a la Investigación, concretamente. Esperaba que ese alguien no hubiera estado allí cinco años atrás…, si bien sabía que esa era una esperanza bastante vana.
De repente, Las Vegas ya no le parecía una opción tan terrible.

~Postre~
La princesa prometida
(William Goldman)
—Soy tu príncipe y no soy tan malvado… ¿cómo es posible que prefieras morir antes que casarte conmigo?
—Porque el matrimonio supone que se ha de amar, y el amor no es un pasatiempo en el que yo destaque. Lo intenté una vez y acabó mal, y he jurado que jamás amaría a otro.
—¿Amor? —dijo el príncipe Humperdinck —¿Quién ha hablado de amor? Yo no, te lo aseguro. Verás, el trono de Florin debe contar siempre con heredero. Y ése soy yo. Cuando muera mi padre, no habrá heredero, sólo un rey. Ése soy yo otra vez. Cuando eso ocurra, me casaré y tendré descendencia hasta que nazca un varón. O sea que te quedan dos alternativas, casarte conmigo y convertirte en la mujer más rica y más poderosa en miles de kilómetros a la redonda, y regalar pavos para Navidad y darme un hijo varón, o bien, puedes morir de terribles dolores en un futuro muy cercano. Decídete.
—Nunca os amaré.
—Aunque me dieras tu amor, no lo querría.
—Entonces, no faltaba más, casémonos.

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

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