Título: Tokio (en el idioma original, Tokio: All Alone in the Big City).
Autor: Graham Marks.
Sinopsis: La vida de Adam, un adolescente inglés que estudia el último año de prepa, se ve transformada por una tremenda noticia: su hermana mayor ha desaparecido en Japón. La policía no sabe nada y las bromas crueles a propósito de la chica son cada vez más insoportables. Adam decide actuar: se escapa de su casa y se aventura a Tokio para buscarla. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: SM de Ediciones, S.A. de C.V. (a través de Gran Angular y CONACULTA).
¿Qué les puedo decir? En una librería de mi ciudad empezaron a sacar varios títulos de SM y Gran Angular (Idhún debe sonarles, la trilogía fue seudo-reseñada el año pasado). Uno de ellos fue, precisamente, Tokio, que miraba de vez en cuando sin prestarle mucha atención. Pero tomando de nuevo el desafío "Lee tu nombre" con mi seudónimo en la red, necesitaba más de una "T"; entre eso y lo delgado del ejemplar (en comparación con varios que compra Bell últimamente), pues me animé. Total, nada perdía viendo de qué trataba. Más si cuando lo compré, "Tokio" tenía descuento (Bell rueda los ojos).
Adam Grey, un típico chico inglés del último año de preparatoria, es despertado en plena madrugada por el vago sonido de un teléfono sonando. Después, quiere volver a dormir, pero entonces su padre lo acaba de despabilar dando la noticia: Charlie, su hermana mayor que andaba viajando en el extranjero, ha desaparecido, o eso dijo Alice, la mejor amiga de ella y su compañera de viaje. A partir de allí, la vida de Adam es todo, menos cotidiana, pues debe enfrentar no solo el no saber de Charlie, sino de la culpa que siente (y que le hacen sentir) por no haber dicho que su hermana cambió repentinamente su itinerario de viaje para acabar esfumándose en Japón.
Por otro lado, la noticia de la desaparición de la joven causa morbosa sensación y Adam debe lidiar con maliciosos comentarios en la escuela hasta que acaba suspendido (ya imaginarán la razón). Desesperado por cómo van las cosas en casa y frustrado porque siente que nadie hace nada realmente útil para resolver la situación, le llega una idea como por inspiración divina: él irá a Japón, a Tokio, a buscar a su hermana; sabe que de no obtener resultados, al menos tendrá el consuelo de haberlo intentado.
Debo admitir que conforme leía la historia, pensé que me habría encantado conocerla cuando tenía la edad de Adam. Es una novela de capítulos cortos y narración fácil de asimilar, con la que te puedes involucrar sin pensar demasiado. Por otro lado, para cualquier adolescente debe ser sencillo ponerse en los zapatos de Adam en una situación así, al sentir que a tu alrededor, pasan cosas que no comprendes y que nadie, entre el montón de adultos al mando, hace "algo", lo que sea, para resolver el problema en turno. Claro, también es cosa de adolescentes fantasear con hacer un viaje arriesgado por una causa que se cree justa, pero son poquísimos quienes de verdad pueden hacerlo, por lo que el recorrido de Adam por Tokio es, en cierto modo, interesante.
Otro punto a favor de la historia es que nos sumerge en Tokio desde el punto de vista de Adam, casi como si fuéramos nosotros mismos los que estuviéramos allí, en una tierra extraña y fascinante, sin entender gran cosa del idioma o las costumbres, intentando concentrarse en lo que se fue a hacer aunque te distraiga constantemente tu entorno. Confieso que el detalle me gustó un montón, siendo Tokio una de las ciudades que más curiosidad me dan y que quisiera visitar un día, además de usarla con cierta frecuencia en mis fics. En fin, que llegué a creer que, de cumplir un día ese sueño guajiro (?), vería la capital nipona casi con la misma emoción de Adam, entre la maravilla y el pánico.
Conforme se desarrolla la historia, me interesaron los detalles japoneses, lo imaginé todo, puede que incluso me inspire en un par de escenas para unos fics que escribo ambientados en esa ciudad (nada de plagio, Bell no hace eso, es niña buena). Y quería que todo tuviera un final feliz, por supuesto. La historia, sin embargo, tuvo una conclusión agridulce: me convenció a medias, y en cierta forma se sintió abierto, como si Marks quisiera que nos imagináramos la continuación para ciertas escenas. Por mi parte, me entretuvo mucho. Si buscan algo interesante y sin complicaciones para pasar el rato, pueden conseguirse Tokio sin problemas.
Dato aparte: debo criticarle a Gran Angular la edición, al menos en mi ejemplar, porque había diálogos en los que los guiones largos brillaban por su ausencia en el momento menos indicado; lo mismo pasó, en menor medida, con otros signos de puntuación. Aunque claro, después del despiste inicial al leer de corrido el diálogo en cuestión (y en una ocasión, un guion largo precedía a un párrafo, no a un diálogo), regresaba unas cuantas palabras, volvía a leer, entendía el asunto y seguía. Es decir, nada grave, pero de todas formas... (Bell vuelve a rodar los ojos). Salió mi alma de Beta, qué quieren...
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Libro leído en 2013)
Me llama un poco, por el momento lo anotaré en la lista de deseos =D
ResponderEliminar