Título: Las niñas son de ciencias. 25 científicas que cambiaron el mundo.
Autores: Irene Cívico y Sergio Parra (e ilustrado por Núria Aparicio).
Sinopsis: [...] Aunque en los libros de historia parezca que las ciencias son cosa de hombres, de eso nada: desde Agnodice, [...], hasta Rosalind Franklin, [...], pasando por Veria Rubin, [...], las mujeres han sido pioneras en las ciencias desde el inicio de los tiempos. Y aún así, ¿podrías nombrar al menos a diez chicas guerreras que lo lograron en el mundo de la ciencia? [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. de C. V. (a través de Montena).
¿Qué les puedo decir? Las mujeres, ahora es sabido (aunque no siempre reconocido) que pueden desenvolverse en el campo que se les dé la gana. Ustedes lo saben, yo lo sé, entre otras cosas porque la profesión para que pasé cinco años estudiando en la universidad (Contador Público, por si no sabían o lo olvidaron), hace unas cuantas décadas seguro ni me habrían dejado considerarla. Los números, por cierto, forman parte del desarrollo de muchas ciencias (si no es que todas), y precisamente de eso habla este libro, aunque no sea realmente lo mío, pero en fin, a lo que vamos.
Las ciencias, tanto las consideradas puras como otras ramas, han fascinado siempre a un tipo especial de personas, de esas que quieren llegar al fondo de algo, analizarlo y entenderlo a la perfección. Al menos, eso creo yo. Solo que, en el transcurso de los siglos y vayan a saber por qué, las ciencias fueron mucho tiempo campo enteramente masculino y se creía que ninguna mujer podía entenderlas, ¡mucho menos ejercerlas y aportarles algo de valor! Así la cosa, las primeras en dar pasos decisivos en estas áreas (algunas con ciertas especificaciones que no todos comprenden), abrieron el camino no solo para descubrimientos y avances, sino para algo un poco más simple que antes no se daba por sentado: que las mujeres podían hacer lo que se les diera la gana, como mejor les pareciera, y que su mente podía ser tan desarrollado como el de un hombre... o incluso ir más allá. Algo así nos quiere dar a entender el prólogo, a cargo en esta ocasión de Julieta Fierro (quien por cierto, es presentada en Las niñas son guerreras).
Las mujeres presentadas aquí son variadas, tanto en raza, como en nacionalidad y en los campos en los cuales se destacaron: Matemáticas, Física, Química, Medicina, Astronomía... ustedes escojan. Muchas niñas y jóvenes pueden admirar las ilustraciones de Aparicio para estas mujeres mientras leen lo que consiguieron en la vida, que en algunos casos no es poca cosa. Les soltaré los nombres en cuestión, para que se vayan interesando en ellas:
- Agnodice.
- Maria Sibylla Merian.
- Caroline Lucretia Herschel.
- Henrietta Swan Leavitt.
- Mileva Marić Ruzić.
- Margaret Sanger.
- Amalie Emmy Noether.
- Beulah Louise Henry.
- Inge Lehmann.
- Barbara McClintock.
- Grace Murray Hopper.
- Rita Levi-Montalcini.
- Dorothy Crowfoot Hodgkin.
- María Teresa Toral.
- Chien-Shiung Wu
- Gertrude Belle Elion.
- Rosalind Elsie Franklin.
- Stephanie Kwolek.
- Vera Cooper Rubin.
- Margaret Hamilton.
- Jude Milhon.
- Sau Lan Wu.
- Patricia Bath.
- May-Britt Moser.
- Maryam Mirzakhani.
Repito, las ciencias que muchas de estas mujeres estudiaron y llevaron a otro nivel, no son lo mío, pero no por eso dejan de maravillarme. Ojalá tengamos gracias a ellas, muchas científicas en el futuro.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2018)
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