sábado, 11 de agosto de 2012

Tinta a la Carta XXXVII: Almuerzo en cuatro tiempos

~Aperitivo~
Testigo Decisivo
(Simon Tolkien)
Sir Peter sintió que una oleada de furia contra su hijo le recorría el cuerpo como una descarga eléctrica.
—Por Dios, Greta, lo siento.
—No lo hagas. No es tu culpa —le respondió ella.
—Maldito canalla. Eso es lo que es. Un canalla.
Greta no respondió. Más bien, se dio vuelta y miró por la  ventana. El auto estaba rodeado de reporteros. Pensó que parecían personas atrapadas en una inundación repentina, que levantaban las cámaras para protegerlas de las aguas torrentosas.
Aunque, por supuesto, eso no era así. La única que corría el riesgo de ahogarse era ella. Y como había dicho su esposo, todo por culpa de su hijastro, Thomas.

~Entrada~
Fenris, el elfo (Crónicas de la Torre IV)
(Laura Gallego García)
—¿Satisfecho… Fenris? —sonrió el mago —Un nombre curioso para un elfo.
—Hace mucho que ya nadie me llama por mi verdadero nombre —murmuró el elfo, contemplando el fuego, pensativo —El nombre que me pusieron mis padres cuando nací, hace ciento cuarenta y cuatro años.
Un lobo aulló en la lejanía, pero ninguno de los dos le prestó atención. Inmerso en los recuerdos del pasado, Fenris el elfo empezó a relatar su historia.

~Plato Fuerte~
Doble Águila
(James Twining)
—¡Dios mío! —exclamó sorprendido Renwick —Nunca había visto una de éstas.
—Pocas personas lo han hecho —confirmó Jennifer, alentándolo.
—Una Doble Águila de mil novecientos treinta y tres. Una moneda muy, pero muy rara —Renwick se la entregó.
—Una moneda de veinte dólares —comentó Tom, mientras la examinaba con cuidado —De oro, ¿es valiosa? —lanzó la moneda al aire y la atrapó.
—Solo vale unos ocho millones de dólares —respondió Renwick, emocionado.

~Postre~
 Carrera contra la muerte
(Gay y Laney Salisbury)
El perro líder de Seppala era un esquimal siberiano llamado Togo. A la edad de doce años, el líder blanco y gris se había convertido en el favorito de Seppala. La relación que había entre ellos se basaba tanto en la amistad como en el compañerismo y la necesidad mutua.
—Estaban unidos de manera inseparable —recordó un amigo —No se puede hablar de uno sin mencionar al otro.
En este momento, a medida que Seppala dirigía a los perros en sus ejercicios por las montañas de Sawtooth, se sentía afortunado por tener a Togo con él para el viaje redondo a Nulato. Togo había acompañado a su dueño en cada trayecto importante y juntos habían recorrido casi ochenta y ocho mil kilómetros de sendero. Se habían salvado la vida el uno al otro en varias ocasiones al atravesar el paso Norton estando congelado y, a pesar de la edad avanzada de Togo, Seppala aún consideraba que, adondequiera que fueran juntos, viajaba “con una sensación de seguridad”.

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas de "Tinta a la Carta".

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