~Aperitivo~
Memorias de
Idhún III. Panteón.
(Laura Gallego García)
Reinó un
silencio estupefacto.
—¿No
dijiste…? —empezó Victoria, pero no pudo continuar. Jack lo hizo por ella:
—Dijiste que
la habías matado —sonó como una acusación, y Christian se irguió.
—La maté
—confirmó, imperturbable, clavando en Jack su fría mirada —Pero últimamente la
gente a la que mato tiene la irritante costumbre de permanecer con vida.
Jack le
devolvió una sonrisa socarrona.
—Está claro
que estás perdiendo facultades —lo provocó.
—Tendré que
practicar más, entonces. Y ya veo que estás deseando ofrecerte voluntario.
~Entrada~
Blanco
(Ted Dekker)
—También
podrían exigir un intercambio —comentó el presidente francés.
—Entonces les
pondremos en evidencia su fanfarroneo. Puedo hacer que Israel espere hasta el
momento que decidamos. Los Estados Unidos ya no jugarán ningún papel en la
política mundial.
Thomas sintió
latirle fuertemente el corazón. Retiró el oído de la puerta. Había oído
suficiente.
—¿Y si Israel
sí lanza en diez minutos como prometieron?
Thomas se
detuvo. Una larga pausa.
—Entonces
arrasaremos Tel Aviv —contestó Fortier.
~Plato Fuerte~
Juego de
Tronos (Canción de Hielo y Fuego I)
(George R. R. Martin)
—¿No contáis
con mi ira, Lord Stark? —preguntó la Reina con tono suave mientras se levantaba.
Le escudriñó el rostro —Debisteis quedaros vos con el reino. Pudisteis hacerlo.
Mi hermano Jaime me contó que lo encontrasteis en el Trono el día en que cayó
Desembarco del Rey y lo obligasteis a bajar. Aquella era vuestra ocasión. Solo
teníais que subir y sentaros. Qué gran error.
—He cometido
más errores de los que podéis imaginar —dijo Ned —pero ese no fue uno de ellos.
—Claro que lo
fue, mi señor —insistió Cersei —Cuando se juega al juego de tronos, solo se
puede ganar o morir. No hay puntos intermedios.
~Entremés~
El
Psicoanalista
(John Katzenbach)
Ricky vaciló.
Era su oportunidad de contar a la policía lo de la carta, la visita de Virgil,
el juego en el que se le exigía participar. Lo único que tenía que hacer era
decir que se había cometido un crimen y que Zimmerman era una víctima de un
acto que no tenía nada que ver con él salvo su muerte. Empezó a abrir la boca
para revelar todos esos detalles, para dejarlos fluir con libertad, pero lo que
vio fue una detective aburrida y cansada que deseaba acabar con una jornada
absolutamente desagradable con un formulario mecanografiado que no disponía de
ninguna casilla para la información que iba a proporcionarle.
En ese
instante decidió abstenerse. Era su personalidad de psicoanalista, que no le
dejaba compartir especulaciones u opiniones con facilidad.
~Postre~
Harry Potter
y la Orden del Fénix
(J.K. Rowling)
—¿Que ha
vuelto?
Miraba a
Harry como nunca lo había hecho. Y de pronto, por primera vez en su vida, Harry
se dio plena cuenta de que tía Petunia era la hermana de su madre. No habría
sabido explicar por qué esa idea lo sacudió tan fuerte en aquel preciso
instante. Lo único que sabía era que él no era la única persona de las que
había en la cocina que intuía lo que podía significar que lord Voldemort
hubiera regresado. Tía Petunia jamás lo había mirado de aquella manera y en ese
momento no tenía entrecerrados los grandes ojos claros (completamente distintos
de los de su hermana), con una expresión de asco o de enojo, sino muy abiertos
y asustados. La ficción que tía Petunia había mantenido durante toda la vida de
Harry (que la magia no existía y que no había otro mundo más que el que ella
habitaba con tío Vernon) parecía haberse derrumbado.
—Sí —confirmó Harry,
dirigiéndose a tía Petunia —Volvió hace un mes. Yo lo vi.
Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".
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