Título: La huella de un beso (en el idioma original, Der Weihnachtshund).
Autor: Daniel Glattauer.
Sinopsis: Kurt es el perro más perezoso que ha existido jamás. Max quiere escapar de la rutina, los traumas, la Navidad y volar a las Maldivas, pero ¿quién cuidará de Kurt mientras él esté de vacaciones? Katrin busca un pretexto para no pasar su cumpleaños 30 con sus padres, que no entienden cómo es posible que la hija perfecta siga soltera y sin compromiso. Su padre odia a los perros así que Kurt es la excusa perfecta. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Santillana Ediciones Generales, S.A. de C.V. (a través de Punto de Lectura).
¿Qué les puedo decir? Tenía ganas de libros pequeños, no fantásticos y de autores que nunca hubiera leído cuando esta novela se cruzó en mi camino. La "esquivé" como cinco veces antes de decidirme a comprarla. Me acabó de convencer, entre otras cosas, que no fuera muy caro, aunque la portada no sé qué relación tenga con la historia (en serio, ni idea). Así que pasemos a lo interesante.
Max es un escritor que hace varios trabajos a la vez, entre ellos la columna de una revista para mascotas donde habla de su perro, Kurt. Pero este año está harto del alboroto que representa Navidad, así que decidió irse de vacaciones a las Maldivas, lejos del ajetreo, la nieve, el frío y demás cosas que en diciembre suele ver año tras años. Pero claro, no va a llevarse a Kurt con él, por lo que publica un anuncio en internet para encontrar a alguien que le haga el favor de aceptarlo durante las fiestas de diciembre, porque no quiere mandarlo a un albergue, aunque sea temporal.
Por su parte, Katrin es una mujer a punto de cumplir los treinta (su cumpleaños es, precisamente, el 24 de diciembre) y cuyos padres, lo que más anhelan, es que ella les lleve un yerno. Pero el ansiado yerno no aparece, todo porque las relaciones de Katrin no han sido exitosas y además, ella está un poco harta de los hombres y de celebrar esas fechas con sus padres. Así que, buscando la forma de librarse de ese "compromiso", ve el anuncio de internet donde piden hacerse cargo de un perro llamado Kurt en esa época y como el padre de Katrin odia a los perros, es la oportunidad perfecta.
Es una historia bastante simple en esencia, si lo piensan bien. Tanto Max como Katrin son dos adultos con vidas que no se parecen en nada, por lo que jamás se habrían cruzado de no ser el anuncio de internet sobre Kurt. Y el perro no es el "personaje" más pintoresco del mundo, dado que la mayoría del libro se la pasa durmiendo, echado, o echado durmiendo, si es que entienden a qué me refiero. Pero algunos de los pasajes de la novela (sobre todo cuando explica ciertos porqués) son tan divertidos que se te olvida las pocas veces que exclamas para tus adentros "eh, esto se está poniendo aburrido y sin sentido, mejor voy a dejar el libro".
Para entretenerse, es una buena historia. Y si alguien llegó a leerme en Twitter el pasado 24 de diciembre, sabrá que ese día terminé de leer esto. Y da escalofríos, en serio. Todo porque la novela, en vez de títulos de capítulos, está separadas por fechas y recorre todo el mes de diciembre hasta el día 24, precisamente. Juro que no lo hice a propósito.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
P.D. La razón del título en español de esta novela... Dios, la recuerdo y no sé si reírme o asquearme (Bell rueda los ojos, hace una reverencia y se va).
(Leído en 2013)
Max es un escritor que hace varios trabajos a la vez, entre ellos la columna de una revista para mascotas donde habla de su perro, Kurt. Pero este año está harto del alboroto que representa Navidad, así que decidió irse de vacaciones a las Maldivas, lejos del ajetreo, la nieve, el frío y demás cosas que en diciembre suele ver año tras años. Pero claro, no va a llevarse a Kurt con él, por lo que publica un anuncio en internet para encontrar a alguien que le haga el favor de aceptarlo durante las fiestas de diciembre, porque no quiere mandarlo a un albergue, aunque sea temporal.
Por su parte, Katrin es una mujer a punto de cumplir los treinta (su cumpleaños es, precisamente, el 24 de diciembre) y cuyos padres, lo que más anhelan, es que ella les lleve un yerno. Pero el ansiado yerno no aparece, todo porque las relaciones de Katrin no han sido exitosas y además, ella está un poco harta de los hombres y de celebrar esas fechas con sus padres. Así que, buscando la forma de librarse de ese "compromiso", ve el anuncio de internet donde piden hacerse cargo de un perro llamado Kurt en esa época y como el padre de Katrin odia a los perros, es la oportunidad perfecta.
Es una historia bastante simple en esencia, si lo piensan bien. Tanto Max como Katrin son dos adultos con vidas que no se parecen en nada, por lo que jamás se habrían cruzado de no ser el anuncio de internet sobre Kurt. Y el perro no es el "personaje" más pintoresco del mundo, dado que la mayoría del libro se la pasa durmiendo, echado, o echado durmiendo, si es que entienden a qué me refiero. Pero algunos de los pasajes de la novela (sobre todo cuando explica ciertos porqués) son tan divertidos que se te olvida las pocas veces que exclamas para tus adentros "eh, esto se está poniendo aburrido y sin sentido, mejor voy a dejar el libro".
Para entretenerse, es una buena historia. Y si alguien llegó a leerme en Twitter el pasado 24 de diciembre, sabrá que ese día terminé de leer esto. Y da escalofríos, en serio. Todo porque la novela, en vez de títulos de capítulos, está separadas por fechas y recorre todo el mes de diciembre hasta el día 24, precisamente. Juro que no lo hice a propósito.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
P.D. La razón del título en español de esta novela... Dios, la recuerdo y no sé si reírme o asquearme (Bell rueda los ojos, hace una reverencia y se va).
(Leído en 2013)
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