Título: Los Borodin V. Ira y deseo (en el idioma original, Rage and Desire).
Autor: Christopher Nicole.
Sinopsis: En medio de la Guerra Fría entre Rusia y Estados Unidos, Gregory Nej [...] se ve ligado sentimentalmente a [...] Felícitas Hayman, cuyo atractivo despierta en él una pasión tan peligrosa para su misión como para la vida de ella. Por su parte, la malévola Anna Ragosina [...] dirige una red de espías soviéticos en la Unión Americana, ocasionando huelgas y pérdidas económicas a ese país; su mayor ambición es obtener, a toda costa, los secretos de la bomba atómica. (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Selector, S. A. de C. V.
¿Qué les puedo decir? Más de uno, con seguridad, oyó el término "Guerra Fría". ¿Pero quién sabe realmente en qué consistió? O mejor dicho, ¿a quién le interesa hoy en día? En su tiempo, era algo así como un secreto a voces, que todos más o menos percibían, pero que fingían que no existía. Al menos eso creo que hacían los ciudadanos corrientes, porque a fin de cuentas, ellos no jugaban ese peligroso tira y afloja de poder de destrucción masiva.
En Rusia, Stalin expone sus preocupaciones sobre un arma tan poderosa como la bomba atómica. Recuerda a sus allegados que Estados Unidos fue su aliado en la Segunda Guerra Mundial, pero realmente no aprueba su forma de llevar las cosas y que, de considerarlos amenaza, destruiría con su bomba a todos los comunistas, empezando por Rusia. Así, Stalin decreta que quiere los secretos de la bomba atómica, lo que desea es que su Estado pueda crear una propia, así que llama a un personaje de temer para dirigir la operación en el corazón de Estados Unidos: Anna Ragosina, quien decide que entre la gente que quiere en el equipo, debe estar Gregory Nej, el hijo de una de las personas a quien más odia Anna y que, ella cree, la seguirá hasta las últimas consecuencias.
La enredadera entre tantos personajes conocidos y por conocer es, cuando menos, peculiar. Algunos, como los Hayman y los Nej, siguen siendo centrales en sucesos de sus respectivas naciones; por otro lado, tenemos vistazos de algunos otros sectores del mundo, como los judíos, representados por Judith Stein, quien viva después de todo lo que ha sufrido, decide ir finalmente a donde su pueblo quiere establecerse... justo cuando la tensión entre árabes y judíos está a punto de estallar.
El autor sí que ha querido mostrarnos una imagen más global, mostrando guiños de lo que ocurría no solo en las dos poderosas naciones de entonces, sino recordándonos que algunas acciones en apariencia aisladas, llamaban la atención de gente encumbrada y las usaban para su propio interés. No sé si alguien más lo sienta así con novelas de este tipo, pero si el personaje X ocupa una posición por encima de la media y además, se codea con gente de la talla de un presidente nacional, acaba estando en condiciones de ejercer cierta influencia o incluso de salvarle el pellejo a quien le interesa. Eso y que sirve, indirectamente espero, a que lo que dictan ciertas personalidades en la novela ayude a crear algo así como un Deus ex-machina.Si no saben qué es eso... Por favor búsquenlo, puede darles ideas.
De este libro, no acabé de sintonizar del todo con algunos personajes, aunque increíblemente, entendí un poco a Felícitas Hayman, una mujer que carga con un pesar que en parte, no le corresponde y que al final, decide algo y lo mantiene contra capa y espada, aunque a veces eso roce el traicionar a su nación, que tanto le ha dado... y que en cierta forma, ya también le ha quitado cosas importantes.
Aunque no lo crean, por más que me gusten en general las historias que conforman Los Borodin, sigo teniendo problemas con parte de sus finales. Lo siento, pero tenía que decirlo. Fin del comunicado (?)
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
En Rusia, Stalin expone sus preocupaciones sobre un arma tan poderosa como la bomba atómica. Recuerda a sus allegados que Estados Unidos fue su aliado en la Segunda Guerra Mundial, pero realmente no aprueba su forma de llevar las cosas y que, de considerarlos amenaza, destruiría con su bomba a todos los comunistas, empezando por Rusia. Así, Stalin decreta que quiere los secretos de la bomba atómica, lo que desea es que su Estado pueda crear una propia, así que llama a un personaje de temer para dirigir la operación en el corazón de Estados Unidos: Anna Ragosina, quien decide que entre la gente que quiere en el equipo, debe estar Gregory Nej, el hijo de una de las personas a quien más odia Anna y que, ella cree, la seguirá hasta las últimas consecuencias.
La enredadera entre tantos personajes conocidos y por conocer es, cuando menos, peculiar. Algunos, como los Hayman y los Nej, siguen siendo centrales en sucesos de sus respectivas naciones; por otro lado, tenemos vistazos de algunos otros sectores del mundo, como los judíos, representados por Judith Stein, quien viva después de todo lo que ha sufrido, decide ir finalmente a donde su pueblo quiere establecerse... justo cuando la tensión entre árabes y judíos está a punto de estallar.
El autor sí que ha querido mostrarnos una imagen más global, mostrando guiños de lo que ocurría no solo en las dos poderosas naciones de entonces, sino recordándonos que algunas acciones en apariencia aisladas, llamaban la atención de gente encumbrada y las usaban para su propio interés. No sé si alguien más lo sienta así con novelas de este tipo, pero si el personaje X ocupa una posición por encima de la media y además, se codea con gente de la talla de un presidente nacional, acaba estando en condiciones de ejercer cierta influencia o incluso de salvarle el pellejo a quien le interesa. Eso y que sirve, indirectamente espero, a que lo que dictan ciertas personalidades en la novela ayude a crear algo así como un Deus ex-machina.
De este libro, no acabé de sintonizar del todo con algunos personajes, aunque increíblemente, entendí un poco a Felícitas Hayman, una mujer que carga con un pesar que en parte, no le corresponde y que al final, decide algo y lo mantiene contra capa y espada, aunque a veces eso roce el traicionar a su nación, que tanto le ha dado... y que en cierta forma, ya también le ha quitado cosas importantes.
Aunque no lo crean, por más que me gusten en general las historias que conforman Los Borodin, sigo teniendo problemas con parte de sus finales. Lo siento, pero tenía que decirlo. Fin del comunicado (?)
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
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