sábado, 30 de junio de 2012

Tinta a la Carta XXXI: Desayuno en tres tiempos

~Entrada~
Aura
(Carlos Fuentes)
Te moverás unos pasos para que la luz de las veladoras no te ciegue. La muchacha mantiene los ojos cerrados, las manos cruzadas sobre un muslo: no te mira. Abre los ojos poco a poco, como si temiera los fulgores de la recámara. Al fin, podrás ver esos ojos de mar que fluyen, se hacen espuma, vuelven a la calma verde, vuelven a inflamarse como una ola: tú los ves y te repites que no es cierto, que son unos hermosos ojos verdes idénticos a todos los hermosos ojos verdes que has conocido o podrás conocer. Sin embargo, no te engañas: esos ojos fluyen, se transforman, como si te ofrecieran un paisaje que sólo tú puedes adivinar y desear.
—Sí. Voy a vivir con ustedes.

~Plato Fuerte~
Como Agua para Chocolate
(Laura Esquivel)
—¿Y a mí no me va a felicitar?
—Sí, cómo no. Que sea muy feliz.
Pedro, abrazándola más cerca de lo que las normas sociales permiten, aprovechó la única oportunidad que tenía de poder decirle a Tita al oído.
—Estoy seguro de que así será, pues logré con esta boda lo que tanto anhelaba: estar cerca de usted, la persona que verdaderamente amo…
Las palabras que Pedro acababa de pronunciar fueron para Tita como refrescante brisa que enciende los restos de carbón a punto de apagarse. Su cara por tantos meses forzada a no mostrar sus sentimientos experimentó un cambio incontrolable, su rostro reflejó gran alivio y felicidad. Era como si toda esa casi extinguida ebullición interior se viera reavivada de pronto por el fogoso aliento de Pedro sobre su cuello, sus ardientes manos sobre su espalda, su impetuoso pecho sobre sus senos… […]

~Postre~
La Guerra de los Mundos
(H. G. Wells)
Un estremecimiento recorrió mi cuerpo. Detrás de mí, una mujer lanzó un grito histérico. Me volví a medias, sin apartar los ojos del cilindro. Dos nuevos tentáculos surgían de él. Desesperado, me abrí paso a empujones y codazos. El horror ocupaba ahora el espacio sobre aquellas caras llenas de asombro un momento antes. El lugar se llenó de gritos y exclamaciones de pánico. La muchedumbre aterrada retrocedía. El dependiente se mantenía erguido con gran esfuerzo sobre el filo del foso. De repente vi que había quedado solo. La gente huía y Stent con ellos. Miré hacia el cilindro y un incontrolable terror hizo presa de mí sin poder ejecutar un movimiento, los ojos fijos en el foso.
Una masa redonda de color grisáceo del tamaño de un oso, salía torpemente de dentro del cilindro.

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas de "Tinta a la Carta".

2 comentarios:

  1. Me han gustado los dos últimos fragmentos y me han entrado ganas de leer los libros correspondientes, sobretodo el de "La Guerra de los Mundos", el cuál asumo es el libro en que se basa la película homóloga. Y de "Como Agua para Chocolate" me ha gustado el nombre, suena... apetitoso!.
    Muy buenos fragmentos.
    ¡Besos!

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  2. Me han dado ganas de leer Aura ;) Ganas ya le tengo, pero mi papá lo tiene físico, y tendré que esperar a que me lo dé. Así aprovecho y no lo leo digital ;)

    Nea

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