~Aperitivo~
Hielo Quemado
(Matt Dickinson)
—¿Así
que Lauren nunca llegó al avión?
—Por
supuesto que no. Yo fui el único.
—Entonces
quizá pueda ayudarme con algo que me tiene perplejo. Este tubo no contiene
vida, señor Fitzgerald. Lo que en realidad contiene es combustible de avión.
Fitzgerald
se quedó estupefacto y se apoyó en el borde de la mesa al mismo tiempo que el color abandonaba su rostro.
—Verifiqué el inventario
de la base Capricornio —continuó De Pierman —y no había combustible de avión
allí. El único lugar donde Lauren Burgess pudo haberlo obtenido fue el sitio
del accidente. Lo cual prueba que ella estuvo en ese lugar, y que con el
contenido del frasco quiso decirnos algo.
~Entrada~
La Emperatriz de los Etéreos
(Laura Gallego García)
La Emperatriz de los Etéreos
(Laura Gallego García)
—Das
demasiadas explicaciones, Bipa. Tú y yo sabemos que no es ésa la razón por la
cual quieres ir a buscar a Aer.
—La
puedo resumir: Aer es estúpido porque nadie ha metido en su cabeza ni una pizca
de sentido común. Yo lo he intentado, pero no puedo hacer milagros y además no
es asunto mío. Sin embargo, como soy la única capaz de inculcarle un poco de
sensatez, tendré que ir a buscarlo. Y porque si no voy yo, nadie más lo hará.
Maga
sonrió.
—Dices
lo que piensas, Bipa, pero no lo que sientes.
~Plato Fuerte~
Almacén de Antigüedades
(Charles Dickens)
“¡Pobre
niña!”, pensó. “¡Sí!; una niña que ha tenido que luchar heroicamente contra
todos los peligros, soportar la miseria y los sufrimientos, impulsada tan solo
por su intenso afecto y por la conciencia del deber… Pero ¿qué me asombra? ¿Acaso
no es corriente que las acciones más nobles y meritorias permanezcan ignoradas
o caigan en el olvido?”
No
seguiremos al maestro en sus reflexiones. Lo único que nos importa consignar es
que convino en que Nell y su abuelo le acompañarían al lugar de su destino, y
que allí procuraría encontrar una ocupación modesta que les proporcionara
medios de subsistencia.
—¡Venceremos!
—exclamó —La causa es demasiado buena para no triunfar.
~Postre~
Pétalos al Viento
(V. C. Andrews)
—No
me ames, Chris. Olvídame. Haz como yo; abre a aquella que llame a tu puerta, y
déjala entrar.
Sonrió
irónicamente y me apartó.
—Hice
exactamente lo mismo que tú, Catherine Doll; dejé entrar a la primera que llamó
a mi puerta. Ahora ya no puedo echarla. Pero éste es mi problema, no el tuyo.
—Yo
no merezco tus sentimientos. No soy un ángel, ni una santa, deberías saberlo.
—Ángel, santa, engendro
del diablo, buena o mala, lo cierto es que te apoderaste de mí y que seré tuyo
hasta el día de mi muerte. Y si tú mueres primero no tardaré en seguirte.
Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".
¡¡Hola!!
ResponderEliminarMe ha encantado lade La Emperatriz de los Etéreos. Me ha recordado a cuando leí el libro y lo mucho que me gustó (LL)
Besos.