Título: La Hechicera (en el idioma original, The Sorceress).
Autor: Michael Scott.
Sinopsis: [...] La situación no puede estar peor: Nicolas se debilita día a día y Perenelle, su mujer, sigue atrapada en Alcatraz. La única oportunidad que tienen es encontrar un tutor que enseñe los rudimentos mágicos necesarios a Sophie y Josh. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Roca Editorial de Libros, S.L.
¿Qué les puedo decir? Tercera parte de Los secretos del inmortal Nicolas Flamel, que sentí que me llevó una eternidad acabarlo, lo que para su tamaño, es mucho decir. Tuve en contra mi vida muggle aburrida y con empleo (?), así que no debería quejarme mucho. Por otro lado, lo que se vive en esta entrega en particular es realmente... vertiginoso. Vamos a entrar en materia.
París ha quedado atrás y ahora los mellizos Newman son llevados a Londres por Nicolas Flamel, buscando que aprendan a usar sus poderes recién Despertados, aunque para eso tengan que acudir a un personaje tan impredecible como el humano más viejo del mundo, Gilgamesh (Bell sabe que en el libro lo escriben diferente, pero es un nombre propio y así lo conoció, se aguantan...), que conoce todas las magias elementales pero no domina ninguna. Pero primero tienen que llegar a él, lo que en una ciudad infestada de criaturas leales a los Oscuros Inmemoriales, será bastante difícil.
Por otro lado, en Alcatraz, Perenelle Flamel sigue averiguando cosas de la isla donde la tienen prisionera, o para ser más precisos, quiere enterarse de qué hacen varios monstruos encerrados en las antiguas celdas del lugar. Y eso no es todo: los Oscuros Inmemoriales han decidido que Perenelle debe ser eliminada y encomiendan a algunos de sus subordinados inmortales para que hagan el trabajo.
En semejantes circunstancias, Josh y Sophie Newman no saben en quién creer, a excepción de uno en el otro. Nicolas confía ciegamente en que ha dado con los mellizos que menciona una antigua profecía, ¿pero a qué precio? Cuando Josh y Sophie creen averiguarlo, no les gusta la perspectiva. Sin embargo, mientras estén en formación y lejos de casa, en una ciudad donde muchos seres están preparados para atraparlos, Flamel es su única posibilidad de volver a su hogar... y esperan no quedarse en el camino.
¿Personajes nuevos? Por supuesto. Casi todos seres sobrenaturales, como los inmortales que ayudan a Flamel y los mellizos: un guerrero antiguo, un escritor mundialmente famoso y un viejísimo hombre que apenas puede distinguir lo que pasó hace un minuto de lo que pasó hace un siglo. Y uno que otro dios de hermoso pero letal aspecto ronda por allí, aunque lo curioso es que uno de ellos no se trata de un Inmemorial, ¿qué es exactamente y qué tan peligroso resultará?
Una entrega bastante pesada, aunque repito, creo que tengo esa sensación por lo que tardé en leerla, y porque a veces tenía que dejarla de lado debido a lo harta que me tenía Josh (es un adolescente en toda regla, si se le permiten a Bell la expresión). Fuera de eso, con el final de ciertas situaciones, es importante tener preparado El Nigromante para saber qué más desastres, revelaciones y maravillas deben enfrentar los mellizos, y con qué otras sorpresas les saldrán los Flamel.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
P.D. En El Mago te odié, Scott, pero en La Hechicera volviste a caerme bien... solo un poco (rueda los ojos y se va).
París ha quedado atrás y ahora los mellizos Newman son llevados a Londres por Nicolas Flamel, buscando que aprendan a usar sus poderes recién Despertados, aunque para eso tengan que acudir a un personaje tan impredecible como el humano más viejo del mundo, Gilgamesh (Bell sabe que en el libro lo escriben diferente, pero es un nombre propio y así lo conoció, se aguantan...), que conoce todas las magias elementales pero no domina ninguna. Pero primero tienen que llegar a él, lo que en una ciudad infestada de criaturas leales a los Oscuros Inmemoriales, será bastante difícil.
Por otro lado, en Alcatraz, Perenelle Flamel sigue averiguando cosas de la isla donde la tienen prisionera, o para ser más precisos, quiere enterarse de qué hacen varios monstruos encerrados en las antiguas celdas del lugar. Y eso no es todo: los Oscuros Inmemoriales han decidido que Perenelle debe ser eliminada y encomiendan a algunos de sus subordinados inmortales para que hagan el trabajo.
En semejantes circunstancias, Josh y Sophie Newman no saben en quién creer, a excepción de uno en el otro. Nicolas confía ciegamente en que ha dado con los mellizos que menciona una antigua profecía, ¿pero a qué precio? Cuando Josh y Sophie creen averiguarlo, no les gusta la perspectiva. Sin embargo, mientras estén en formación y lejos de casa, en una ciudad donde muchos seres están preparados para atraparlos, Flamel es su única posibilidad de volver a su hogar... y esperan no quedarse en el camino.
¿Personajes nuevos? Por supuesto. Casi todos seres sobrenaturales, como los inmortales que ayudan a Flamel y los mellizos: un guerrero antiguo, un escritor mundialmente famoso y un viejísimo hombre que apenas puede distinguir lo que pasó hace un minuto de lo que pasó hace un siglo. Y uno que otro dios de hermoso pero letal aspecto ronda por allí, aunque lo curioso es que uno de ellos no se trata de un Inmemorial, ¿qué es exactamente y qué tan peligroso resultará?
Una entrega bastante pesada, aunque repito, creo que tengo esa sensación por lo que tardé en leerla, y porque a veces tenía que dejarla de lado debido a lo harta que me tenía Josh (es un adolescente en toda regla, si se le permiten a Bell la expresión). Fuera de eso, con el final de ciertas situaciones, es importante tener preparado El Nigromante para saber qué más desastres, revelaciones y maravillas deben enfrentar los mellizos, y con qué otras sorpresas les saldrán los Flamel.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
P.D. En El Mago te odié, Scott, pero en La Hechicera volviste a caerme bien... solo un poco (rueda los ojos y se va).
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