sábado, 16 de junio de 2012

Tinta a la Carta XXIX: Merienda en cuatro tiempos

~Aperitivo~
Hielo Quemado
(Matt Dickinson)
—¿Así que Lauren nunca llegó al avión?
—Por supuesto que no. Yo fui el único.
—Entonces quizá pueda ayudarme con algo que me tiene perplejo. Este tubo no contiene vida, señor Fitzgerald. Lo que en realidad contiene es combustible de avión.
Fitzgerald se quedó estupefacto y se apoyó en el borde de la mesa al mismo tiempo que el color abandonaba su rostro.
—Verifiqué el inventario de la base Capricornio —continuó De Pierman —y no había combustible de avión allí. El único lugar donde Lauren Burgess pudo haberlo obtenido fue el sitio del accidente. Lo cual prueba que ella estuvo en ese lugar, y que con el contenido del frasco quiso decirnos algo.

~Entrada~
La Emperatriz de los Etéreos
(Laura Gallego García)
—Das demasiadas explicaciones, Bipa. Tú y yo sabemos que no es ésa la razón por la cual quieres ir a buscar a Aer.
—La puedo resumir: Aer es estúpido porque nadie ha metido en su cabeza ni una pizca de sentido común. Yo lo he intentado, pero no puedo hacer milagros y además no es asunto mío. Sin embargo, como soy la única capaz de inculcarle un poco de sensatez, tendré que ir a buscarlo. Y porque si no voy yo, nadie más lo hará.
Maga sonrió.
—Dices lo que piensas, Bipa, pero no lo que sientes.

~Plato Fuerte~
Almacén de Antigüedades
(Charles Dickens)
“¡Pobre niña!”, pensó. “¡Sí!; una niña que ha tenido que luchar heroicamente contra todos los peligros, soportar la miseria y los sufrimientos, impulsada tan solo por su intenso afecto y por la conciencia del deber… Pero ¿qué me asombra? ¿Acaso no es corriente que las acciones más nobles y meritorias permanezcan ignoradas o caigan en el olvido?”
No seguiremos al maestro en sus reflexiones. Lo único que nos importa consignar es que convino en que Nell y su abuelo le acompañarían al lugar de su destino, y que allí procuraría encontrar una ocupación modesta que les proporcionara medios de subsistencia.
—¡Venceremos! —exclamó —La causa es demasiado buena para no triunfar.

~Postre~
Pétalos al Viento
(V. C. Andrews)
—No me ames, Chris. Olvídame. Haz como yo; abre a aquella que llame a tu puerta, y déjala entrar.
Sonrió irónicamente y me apartó.
—Hice exactamente lo mismo que tú, Catherine Doll; dejé entrar a la primera que llamó a mi puerta. Ahora ya no puedo echarla. Pero éste es mi problema, no el tuyo.
—Yo no merezco tus sentimientos. No soy un ángel, ni una santa, deberías saberlo.
—Ángel, santa, engendro del diablo, buena o mala, lo cierto es que te apoderaste de mí y que seré tuyo hasta el día de mi muerte. Y si tú mueres primero no tardaré en seguirte.

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

1 comentario:

  1. ¡¡Hola!!
    Me ha encantado lade La Emperatriz de los Etéreos. Me ha recordado a cuando leí el libro y lo mucho que me gustó (LL)
    Besos.

    ResponderEliminar